jueves, 20 de agosto de 2015

Alimentos sin azúcar

La industria y el azúcar nos están matando.

La cantidad de azúcar en los alimentos procesados no es accidental, la industria hace grandes esfuerzos para calcular científicamente la combinación exacta de ingredientes que harán que se nos antojen sus productos, la cual es llamada el Punto de la Felicidad.

El Dr. Howard Moskowitz, consultor de la industria alimentaria durante mucho tiempo, es conocido como el “Dr. Felicidad”. Moskowitz, matemático graduado de Harvard, analiza la reacción de las personas y encuentra la cantidad óptima de azúcar para un producto - esencialmente, ayuda a encontrar la zona  "Dorada". Y ha ganado millones para la industria del azúcar.11 El camino a la maestría de Moskowitz comenzó cuando fue contratado por el ejército de Estados Unidos para investigar cómo hacer que los soldados consumieran más porciones en el campo.
Con el paso del tiempo, los soldados no consumían porciones adecuadas, ya que sus raciones de campaña eran tan aburridas que las tiraban a medio comer y no obtenían las calorías que necesitaban. A través de esta investigación, Moskowitz descubrió la “saciedad sensorial específica”. Esto significa que, los grandes sabores tienden a agobiar al cerebro, el cual responde reprimiendo el deseo de comer más.
Sin embargo, la saciedad sensorial específica es anulada por el complejo perfil de sabor que despierta a las papilas gustativas lo suficiente para seducirlas, pero no tienen un sabor distintivo único y predominante que le indique al cerebro que hay que parar de comer. La fórmula mágica nos da el “punto de la felicidad” y permite que la industria de alimentos procesados haga esfuerzos deliberados para hacernos comer en exceso. La combinación “Dorada” de azúcar, sal y grasa hace que los alimentos procesados sean tan adictivos.
El documental “Los Secretos del Azúcar” nos cuenta la historia sobre cómo la industria alimentaria ha sabido durante décadas sobre la relación entre una alimentación a base de productos procesados y las enfermedades. En una misión para cambiar cómo opera la industria del azúcar, Cristin Kearns Couzens, dentista del Colorado Community Care, tropezó con evidencia que indica que ya estaban preocupados acerca del papel del azúcar en las enfermedades cardíacas, desde el inicio de la década de los 70. 

La industria del azúcar estaba muy preocupada acerca del imperioso libro Pure White and Deadly (Pura, Blanca y Mortal) (1972) del nutriólogo británico John Yudkin, en el cual presentó décadas de investigaciones que señalaban hacia el azúcar alimenticia - en vez de la grasa - como el factor subyacente en la obesidad y la diabetes.
La Sugar Association financió secretamente un libro blanco llamado “Sugar in the Diet of Man” (El Azúcar en la Alimentación del Hombre) que afirmó que el azúcar no sólo era segura y saludable, sino importante. No sólo lo financiaron, sino que también hicieron que pareciera un estudio independiente.
El mayor defensor de la Sugar Association fue Ancel Keyes, quien, con financiamiento de la industria, ayudó a destruir la reputación de Yudkin al etiquetarlo como un charlatán. La calumniante campaña tuvo un gran éxito y le puso un alto a las investigaciones del azúcar.
Las personas que se benefician del azúcar siempre han sido muy adeptas a aplastar las voces discordantes en todos lados, incluso en los pasillos de la ciencia. Callar al azúcar permitió que la grasa continuara su mala reputación como el villano de la alimentación, a pesar de la falta de apoyo científico.
El siglo XXI trajo sodas de enorme tamaño así como problemas de salud gigantescos y, la industria alimentaria continúa mirando hacia el lado opuesto – en espera de que no nos demos cuenta de la verdad.
La evidencia muestra claramente que el azúcar refinado y la fructuosa procesada son factores importantes subyacentes de la obesidad y la enfermedad crónica. Si quiere normalizar su peso y reducir dramáticamente el riesgo a padecer enfermedades como cardiopatía, cáncer, diabetes y Alzheimer, debe afrontar su consumo de alimentos procesados.

El azúcar refinado y la fructuosa, los granos y todos carbohidratos almidonados que forman azúcares son altamente responsables de la reacción adversa de su cuerpo hacia la insulina y la leptina y, este desequilibrio metabólico es responsable de muchas de las enfermedades crónicas que vemos actualmente.
Si es resistente a la insulina o a la leptina, tiene diabetes, presión arterial alta, enfermedades cardiacas o tiene sobrepeso, el doctor Mercola recomienda -lo ideal sería que limitara su consumo total de azúcar o fructuosa a 15 gramos al día, hasta que la resistencia a la insulina o leptina se haya resuelto. Para todos los demás, recomiendo limitar el consumo diario de fructuosa a 25 gramos o menos. La forma más fácil de lograrlo es cambiar los alimentos procesados por alimentos enteros e idealmente orgánicos, lo que significa cocinar desde cero con ingredientes frescos.-
Fuente: http://www.mercola.com/


Consuma Alimentos sin Azúcar

Nuestro objetivo de promover el consumo de alimentos orgánicos es obtener una alimentación sana para nosotros, alimentación saludable para niños, nuestros hijos, la familia y para el ecosistema.

jueves, 13 de agosto de 2015

Semillas Transgénicas

Un producto transgénico consiste en pasar un gen de un animal, vegetal o ser humano a otro vegetal o animal, y de esta forma, poder darle un tamaño y color específico, aumentar su peso, acelerar su crecimiento o agregar determinada calidad nutricional, todo bien hasta aquí.
Lo que no dicen y que pueden hacer también, es el programar el gen de la planta para que sólo resista la aplicación de determinado fungicida o herbicida, que fabrica la compañía que vende la semilla, y no se pueda aplicar ningún otro, porque podría matar a la planta o no funcionar, en el mejor de los casos.

No son semillas 100% naturales, ya que han sido modificados en un laboratorio, a través de la transferencia de información genética de otra especie, transformando su estado inicial y trayendo consigo varias consecuencias. Estas semillas son producidas, manejadas y comercializadas por grandes empresas, todas multinacionales de países Europeos y de Estados Unidos. Son semillas que resisten los ataques de los insectos,. salmones que crecen más de lo normal y más rápido, tomates que duran más tiempos una
vez cortados de la mata, vacas que producen más leche, pollos que nacen sin plumas; nada de esto es obra de la naturaleza.  Son productos manipulados genéticamente y ni cuenta nos damos. Pequeños grupos de grandes empresas trasnacionales se ha apropiado de la tecnología genética para producir  y vender alimentos y aumentar sus ganancias.


Otro punto sería que el agricultor sólo compra el derecho a sembrar en una ocasión, ya que la empresa semillera tiene las patentes sobre la semilla y no se puede usar la semilla o grano producido en la siembra del próximo ciclo por el agricultor. Las semillas transgénicas son estériles y el agricultor debe comprar las semillas cada año. Los agricultores no pueden guardar ni volver a sembrar las semillas que están patentadas. En caso de reutilizarlas, se enfrentan a fuertes demandas judiciales.

Es decir, si un  agricultor quiere sembrar un segundo año, semilla hecha por él mismo a partir de una semilla transgénica comprada el año anterior, deberá pagar a la industria farmacéutica  por aplicar la tecnología Exorcista (un producto químico también) para recuperar la vida de aquella semilla medio muerta,  obtenida de segunda generación. Estas plantas y animales, con cualidades fuera de lo normal, son producto de la manipulación de sus genes en los laboratorios. Es lo que se llama organismos genéticamente modificados (OMG) o, para abreviar, transgénicos.

Pero lo anterior, ya lo resolvieron estas compañías, desarrollaron una semilla llamada Terminator, donde los cultivos o granos cosechados quedan estériles y no es posible su siembra en la siguiente cosecha.
De la era de la tecnología, de las comunicaciones y el Internet pasamos a la era biológica. Hemos entrado en lo que llaman el siglo de la biotecnología. Actualmente, los gobiernos de los países ricos y las empresas transnacionales ya no solo se disputan los recursos minerales, ahora, se trata de apropiarse y controlar los recursos biológicos.

Los genes de los microorganismos de las plantas, de los animales, de todo ser que vive, son privatizados y patentados. Porque quien posee estos recursos acumula poder. Monsanto hizo posible la existencia de semillas suicidas gracias a la modificación genética: semillas programadas para nacer una sola vez, haciendo que su descendencia fuera estéril y evitar así que el agricultor las pudiera volver a sembrar.

Los transnacionales productores de semillas, alimentos y agroquímicos -entre ellos MONSANTO- usan la ingeniería genética para producir semillas estériles (que no se reproducen), semillas híbridas (que degeneran en cada cosecha), pollos pelados, vacas superlecheras, tomates resistentes al frío, soya, maíz, papas y otros cultivos resistentes a las plagas (porque le meten a las semillas  bacterias que rechazan las plaga), pero que tienen efectos nocivos para la vida vegetal, animal y humana.

Así las cosas, los cultivos transgénicos erosionan la seguridad alimentaria y la salud, en cuando consumimos productos dañinos a la integridad física y mental; y afectan la soberanía alimentaria, dado que las semillas transformadas y los secretos de la ingeniería alimentaria son propiedad exclusiva de las trasnacionales.
Mira este vídeo:



Nuestro objetivo de promover el consumo de alimentos orgánicos es obtener una alimentación sana para nosotros, alimentación saludable para niños, nuestros hijos, la familia y para el ecosistema.

La gran diferencia  entre los alimentos orgánicos y los convencionales, es que los alimentos orgánicos se encuentran totalmente libres de residuos químicos, libres de aditivos sintéticos, sin alteraciones genéticas y los mismos no pueden ser irradiados como método de conservación. No contienen hormonas ni antibióticos, no poseen residuos de metales pesados.

Existen alimentos parcialmente orgánicos o 100% orgánicos certificados, dependiendo el país donde se legislen y la normativa aplicable. A nivel internacional y para certificar el producto un sello de producto Orgánico;  implica un riguroso programa de control semestral  tanto de la materia prima como del producto final elaborado.  Este procedimiento es realizado por empresas independientes implementando protocolos internacionalmente aprobados y unificados.


Fuentes:
http://www.ecologistasenaccion.org/article16773.html
http://www.minamb.gob.ve/files/Conservacion-bioseguridad/Consultoria%204.pdf
http://www.aporrea.org/


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lunes, 10 de agosto de 2015

Alimentos Orgánicos

Los alimentos orgánicos son aquellos que se cultivan y procesan utilizando métodos naturales. Su principal objetivo es lograr productos alimenticios sin aditivos químicos ni compuestos sintéticos, favoreciendo las practicas benéficas para el medio ambiente mediante el uso de sistemas no contaminantes.


Nuestro objetivo de promover el consumo de alimentos sin aditivos químicos, es obtener una alimentación más sana para nosotros, nuestros hijos, la familia y para el ecosistema. Como condición es necesario que los alimentos orgánicos no contengan agroquímicos ni pesticidas, además se prohíbe el uso de plantas o semillas transgénicas.

Para cultivar alimentos orgánicos se utiliza el compostaje como sistema de fertilización, el uso de terrazas para evitar la erosión del terreno y la rotación de los cultivos para la preservación de los suelos. En cuanto al control de plagas se utilizan sistemas y productos naturales (Nunca sintéticos ni químicos), que contrarrestan y combaten a los organismos que pueden perjudicar o disminuir los cultivos.

Al respetar los tiempos de maduración y la no utilización de procesos o aditivos que fuercen el crecimiento de plantas,se obtiene un alimento de mejor calidad, presentando mayor cantidad de vitaminas, de minerales y en un sabor mas intenso.

La gran diferencia  entre los alimentos orgánicos y los convencionales, es que se encuentran totalmente libres de residuos químicos, libres de aditivos sintéticos, sin alteraciones genéticas y los mismos no pueden ser irradiados como método de conservación. No contienen hormonas ni antibióticos, no poseen residuos de metales pesados.

Existen alimentos parcialmente orgánicos o 100% orgánicos certificados, dependiendo el país donde se legislen y la normativa aplicable. A nivel internacional y para certificar el producto un sello de producto Orgánico;  implica un riguroso programa de control semestral  tanto de la materia prima como del producto final elaborado.  Este procedimiento es realizado por empresas independientes implementando protocolos internacionalmente aprobados y unificados.

Actualmente se elaboran y cultivan bajo la categoría de  alimentos orgánicos: huevos, carnes, azúcar, te, café, yerba mate, miel, frutas, hortalizas,  vinos, aceites, lácteos, dulces, conservas, etc.  Desarrollando un mercado en amplia expansión, ante un consumidor cada ves mas informado,  mas comprometido con la salud, y el futuro de la ecología.
















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